Jovencito asesinado por la Patrulla Fronteriza sólo caminaba cuando lo mataron, según testigo

Información tomada del Arizona Daily Star
Phoenix, Arizona.- Según un nuevo testigo cuya atestación contradice el testimonio inicial de la Patrulla Fronteriza, un adolescente de Nogales simplemente caminaba por la calle y no les estaba tirando piedras a los agentes la noche en que murió baleado.
Isidro Alvarado, quien tiene 36 años, dijo que estaba caminando a menos de 20 pies detrás de José Antonio Elena Rodríguez cuando escuchó disparos que venían de diferentes direcciones y vio que José cayó al suelo.
El día 10 de octubre del 2012 en Nogales, Arizona, la policía y la Patrulla Fronteriza respondieron a una llamada al 911 alrededor de las 11:30 p.m. Los oficiales dijeron haber visto a dos personas con paquetes de marihuana sujetados al cuerpo en International Street, de acuerdo al informe policiaco.
El informe dice que las personas estaban tratando de pasarse el muro para regresar a México cuando un grupo empezó a tirarles piedras a los agentes por encima del muro fronterizo.
Cuando se negaron a parar, un agente de la Patrulla Fronteriza que estaba cerca abrió fuego hacia México y le dio a uno de ellos.
Otro testigo entrevistado por la policía mexicana dijo que vio a cuatro personas corriendo con piedras, pero no especificó si José era una de ellas.
Alvarado fue una de las primeras personas en llamar al operador de Nogales, Sonora, para reportar la balacera, pero no habló con los investigadores esa noche, porque dijo que tenía miedo y entró en estado de choque.
“Nunca había visto que mataran a alguien”. Alvarado no ha sido entrevistado por los investigadores de ambos lados de la frontera.
Jennifer Giannola, una vocera de la agencia, escribió en un correo electrónico que la investigación del FBI estaba en curso y no se podía proporcionar información adicional.
No hay una fecha específica para cuándo la investigación se complete.
Escribió que, “aunque estamos conscientes del tiempo, es imprescindible llevar a cabo una investigación a fondo”.
El cuerpo de José se halló del lado mexicano en una acera de la Calle Internacional, a unos 40 pies del muro fronterizo, y en sus bolsillos sólo llevaba un encendedor de plástico color naranja y un Blackberry.
Le dispararon aproximadamente ocho veces: dos veces en la cabeza, una vez en el brazo y cinco veces en la espalda.
De acuerdo a un reporte de balística realizado por investigadores del estado de Sonora, y que obtuvo el Arizona Daily Star, por lo menos cinco balazos agrupados en la parte superior de la espalda tuvieron que haberle impactado después de que hubiera caído al suelo.
Los investigadores concluyeron que los disparos provinieron de los Estados Unidos porque no se encontraron casquillos de bala en el lado de Sonora.
También indicaron que vieron 14 casquillos en dos lugares a través del muro que tiene 20 pies de altura: 11 casquillos en un área y tres a unos 26 pies al Este.
Pero no pudieron confirmar si más de un arma de fuego se utilizó debido al estriado poligonal, que determinaron tenía que ser de una Glock, Desert Eagle, Heckler & Koch o Dornaus & Dixon.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza están entrenados para usar diferentes armas de fuego, incluyendo la pistola Heckler & Koch P2000.
La familia de José no pudo ser contactada para una entrevista, pero su abogado Luis Parra dijo que están buscando que se haga justicia y que haya transparencia en el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
“Ellos creen de todo corazón que José Antonio estaba caminado inocentemente rumbo a casa antes de que lo mataran”, comentó.
El informe de autopsia de los médicos forenses de Sonora dice que la mayoría de los disparos se hicieron desde atrás y describe lesiones en sus manos y cara que indican que cayó de frente al recibir las balas.
El médico principal que realizó la autopsia no se ha podido contactar para una entrevista.
En los últimos años, por lo menos 20 personas han muerto a tiros por agentes de la Patrulla Fronteriza, y por lo menos seis de estos casos han sido balaceras transfronterizas.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza están entrenados para utilizar fuerza letal sólo cuando ellos o alguien más esté corriendo peligro mortal. Las piedras se consideran letales, debido al tamaño y la proximidad de donde se lancen.